La conservación de antigüedades es una de las tareas más importantes que debe realizar un coleccionista para mantener sus piezas en buen estado, es un paso que de pasarse por alto puede suponer una pérdida irreparable de valor (económico e histórico) en una colección, pero... ¿Qué entendemos por conservación?
La conservación es el conjunto de técnicas y prácticas empleadas para preservar obras u objetos antiguos. El objetivo principal de una correcta conservación es prevenir el deterioro natural causado por el paso del tiempo.
Prevenir el deterioro por factores naturales (luz, humedad, polvo, suciedad, tiempo, insectos, etc)
Preservar el patrimonio histórico. Como coleccionistas o amantes de las antigüedades tenemos el deber de mantener el valor histórico y cultural de nuestro objetos antiguos.
Prolongar la vida útil de una obra u objeto sin restauraciones. Las piezas sobre las que no se han llevado a cabo una tarea correcta de conservación son propensas a recibir costosas restauraciones.
Proteger la integridad estructural de las obras.
La principal tarea preventiva que debemos llevar a cabo, sea cual sea nuestra pieza u objeto antiguo, es la creación de un entorno óptimo para su almacenamiento y exposición.
Evita lugares con temperaturas extremadamente altas o bajas
Evita lugares húmedos
Evita lugares con incidencia directa de la luz solar
Manipula las antigüedades con guantes y con cuidado
Limpia de forma habitual el polvo y la suciedad
Inspecciona la presencia.
A continuación os dejamos qué tipo de cuidados específicos llevar a cabo según el tipo de antigüedad que tengamos:
Cuadros: Exponer en lugar frescos y secos para evitar el deterioro de la pintura o aparición de moho en el lienzo; evitar la luz solar que oxida los barnices y acelera el cuarteado de la pintura; inspeccionar el marco sobre la presencia de carcoma; observar detrás del cuadro por si vemos la necesidad de reentelar el cuadro y mantener su integridad.
Plata y joyas de oro: Limpieza habitual para evitar la oxidación y deterioro de las piezas
Muebles: Evitar lugares húmedos donde pueda formarse moho; inspeccionar la presencia de carcoma u otro insectos que se alimenta de madera; evitar la luz solar que decapa barnices y agriete la madera; aplicar pintura o barniz para proteger la superficie.
Escultura: Evitar la humedad; evitar la luz que puede provocar descoloración del policromado; inspeccionar sobre la presencia de carcoma.
Mantones o textil: Guardar en lugares secos y oscuros, mejor si se hace enrollados o colgados, ya que si doblamos pueden quedarse marcadas las arrugas.
Cerámica o porcelana: Conservar en lugares secos fuera de la luz solar
Hasta aquí el artículo de hoy, esperamos que estos consejos te sean de ayuda para mantener tu colección por muchos siglos más 😉